Llegar hasta Bocas del Toro en Panamá, resultó ser toda una aventura ... porque las cosas no suceden siempre como nosotros esperamos y a veces es mejor no hacer planes y dejar sencillamente que las cosas fluyan porque lo que tiene que llegar al final siempre llega.
Queríamos bajar desde Monteverde hasta Sixaola para cruzar la frontera el mismo día y no fue posible porque no cuadraron los horarios de los autobuses y tuvimos que detener nuestro viaje en Puerto Viejo para hacer noche y continuar al día siguiente.
El día 30 era todo un caos, no encontramos ningún sitio para dormir porque la ocupación estaba al máximo (ya me veía con las mochilas y la guitarra en la playa).
El caso es que conocimos a otra pareja que estaba como nosotros, mexicanos: Miguel y Grecia.
Y como no encontramos habitaciones dobles decidimos pillar una de 4 y pasar la noche juntos.
Una noche de lo más entretenida y de las noches que más resaca nos ha dejado.
Volvimos a encontrarnos con Amber y ella nos presentó a unos chicos de Blanes: David y Eilin, que se unirían más tarde también a nuestro viaje.
Billares, mojitos y mucho reggae. Así fue la noche.
De allí a Changuinola, y de nuevo un taxi compartido hasta hasta Almirante y un trayecto más en bote hasta nuestro destino: Bocas del Toro.
Bocas del toro tiene una población de unos 125.000 habitantes pero la gente que vive allí dice que en temporada alta las cifras se disparan y que muchos de los que vienen a trabajar, se quedan a vivir.
Al norte limita con el mar Caribe, al sur con la provincia de Chiriquí donde nos han recomendado las playa de Santa Catalina (de surferos) y al noroeste la provincia de Limón, de Costa Rica, por eso es muy fácil encontrar información para pasar un lado a otro en busca de playas y fiesta.
Era fin de año y pese a la resaca pretendíamos darlo todo, así que calentamos motores en un bar de lo mas agradable: Lemon Grass que era de una americana con raíces thailandesas que hacía un pad thai de miedo y una tempura de camarones y verdura riquísima.
Nos llamó la atención el cartel, era de los pocos restaurantes que no ofrecía cena de Navidad (en plan pack) sino que tocaban en directo y el ambiente era brutal.
Al final nos quedamos de cervezas allí, cenamos, y cerramos el bar con las risas y el buen rollo de todo el mundo, en un momento improvisaron una 'jam session' de saxofonistas y cantantes de mediana edad que estaban de lo más desfasado...
Nos hicimos colegas de 'Los kings' que son la banda local que ofrece conciertos casi todos los días de la semana en el restaurante y un día hasta invitaron a Juan.
El maestro Montana y él, hicieron muy buenas migas.
Que suerte tuvimos al llevar la reserva del hostal porque era de locos encontrar un sitio decente para dormir a buen precio. Hay muchos hostales pero los grupos de adolescentes que viajan en manada pueden llegar a ser de lo más molesto.
La dueña del nuestro era una alemana muy enrollada y muy alemana, así que todo estaba perfecto, muy limpio, con una cocina muy completa y muy buena localización.
Una habitación con cama de matrimonio, baño y una terracita muy mona dónde pasamos horas con la guitarra y unas cervezas bien frías.
En nuestro hostal vivía David ( el colega de los chicos del Rey Patricio) y también Diego (un chico de Rubí) con su mujer y su hija, una nena andaluza preciosa.
El archipiélago de Bocas del Toro tiene varias islas; isla Colón (dónde está el pueblo de Bocas), isla Bastimentos (que es la más grande), Cayo Agua, Cayo Coral, Cayo Zapatillas, isla Solarte, isla Popa y la que queda más cerca, isla Carenero (que son las fotos que os muestro).
Por un dólar cruzas a darte un bañito en 'otra isla' aunque casi que se puede ir nadando.
Si tienes la suerte de que te haga sol, hay muchas cosas que ver y es una isla linda de recorrer. El día que nos hizo un poco de sol nos fuimos a 'Playa Estrella'. Hay que pillar un bus a Bocas de Drago y luego caminar unos 15 minutos.
Alucinante ver lo transparente que estaba el agua y la cantidad de estrellas que había.
A pesar de estar la playa llena de carteles que advierten de NO tocar las estrellas y menos sacarlas del agua para hacerte fotos ... la gente lo hizo! y murieron dos estrellas que por estar mucho tiempo fuera del agua quedaron después flotando (se montó una muy seria).
Como os digo el clima no nos acompañó mucho pero aún así continuamos quedándonos allí paseándonos por el pueblo y retratando a panameños.
Nos mojamos cada media hora y ya no sabías si ponerte pantalón corto o salir con chubasquero, pero el clima del caribe es así, nunca sabes que puede pasar.
Seguíamos todo el grupo por allí y Diego (el chico de Rubí de nuestro hotel) nos dijo que tenía una agencia de excursiones a Cayo Zapatillas, se llama 'UNDER THE SEA'.
Primero a ver los delfines (que costó porque el mar estaba muy movido pero los conseguimos ver), luego visitamos un manglar lleno de perezosos y de allí a una de las islas paradisíacas de Cayo Zapatilla (si, dónde se grabó alguna edición de Supervivientes)
Las fotos hubiesen lucido más con sol pero éramos un buen grupo y le sacamos mucho partido al día.
Normalmente no suelo marearme mucho en barco pero madre mía el viajecito de ida y el de vuelta a casa ... menos mal que hicimos una parada para practicar algo que nunca había visto y que nos gustó mucho a todos: DEEPBOARD, una actividad que ofrece Diego y que hicimos en Cayo Coral.
Vas buceando agarrado a una tabla de que van tirando con una lancha y puedes bajar, subir y hacer la sirenita retorciéndote bajo el mar. A Juan se le daba fenomenal!
Gracias a David porque nos ha dado muy buenos momentos en Bocas y sobretodo muy buenos mojitos!! de fresa, de mango, de frutas tropicales ... si pasáis por allí tenéis que vsitarlo en 'La Iguana' que además es una de las dos discotecas que más se petan por la noche y ponen música de todo tipo.
Salimos de Bocas del Toro el día de Reyes, así que como veis, no ha hecho buen tiempo pero algo tiene este lugar que te atrapa. Además, a mi con mi gitano me sobra el mundo.
Los Reyes Magos llegaron también a Panamá y a Juan le trajeron un skate y a mi un regalo de lo más original (que suerte!)
Una vez más cruzamos la frontera con nuestros colegas Miguel y Grecia (mexicanos) y esta vez si que nos quedamos en Puerto Viejo unos días.
En la próxima entrega: el Sur Caribeño de Costa Rica.